Nuestro grupo de lectura

El grupo de lectura tiene tantos años como la librería, aunque sus miembros hayan ido cambiando. Nos vamos, volvemos, descansamos, regresamos… Grandes amigos y lectores hemos compartido mucho durante estos años. Hemos vivido aventuras, amores, pasiones, terrores, hemos pensado, sido iluminados, descubierto formas de pensar, de ver, de soñar. Casi nada. Y eso sin contar el rato que nos pasamos después en el bar, donde se tejen relaciones y se sigue hablando.

 

¿Para qué sirve un grupo de lectura?
—Para dar forma a las propias ideas al sentir el deseo de expresarlas. Entender mejor nuestras ideas y, así, entendernos mejor a nosotros mismos.
—Para enriquecer la propia lectura con las opiniones siempre dispares de los demás. Después de charlar sobre un libro, dan ganas de volver a leerlo porque está más lleno de significados y belleza.
—Para leer con más atención. Fijándonos es qué nos da el libro, en qué le damos, qué recuerdos o pensamientos despierta en nosotros.
—Para que, a consecuencia de lo anterior, el libro afecte y permanezca.
—Para incentivarte a leer, si lo tienes abandonado. Porque te comprometes contigo mismo a leer un libro al mes, al menos. Y leer es el ejercicio más saludable que existe.
—Para compartir una pasión, si eres lector. Todo lo compartido se ama más.
—Para leer cosas que no se te ocurriría leer. Porque los humanos solemos ir por caminos trillados y nos arriesgamos poco.
—Para conocer a gente que merece la pena ser conocida. Gente con la que puedes charlar de cosas de las que probablemente no charles en tu vida cotidiana.
—Para tomarse luego unas cañas y reír.