«Viajar es ir en busca de la maravilla. Pero la maravilla sólo está en nuestra forma de mirar, y es una capacidad que reside en la infancia. Si la hemos perdido, el viaje se nos queda en trayecto. Los viajes organizados consisten en que el turista solo encuentre lo que espera. Los viajes por libre, en encontrar lo inesperado. Viajar es observar el mundo como un espejo. Solo cuando nos reconocemos en el desamparo que la pobreza imprime en la mirada de un niño, en la conmoción ante un lugar grandioso, o en esa intensa complicidad con gentes solo en apariencia muy distintas, estamos viajando. Todo lo demás son postales.